Declaración Pastoral “Vengan y lo verán”

 
 
DOCUMENTO ECLESIAL SOBRE LAS VOCACIONES MINISTERIALES
 
Presentación
 
El evangelio de Juan nos relata en el diálogo entre Jesús y dos personas que quisieron seguirle, los primeros discípulos: “Ellos dijeron: —Maestro, ¿dónde vives? Jesús les contestó: —Vengan a verlo” (Jn 1,38-39). Con esta interrogante por parte de los dos hombres y esta invitación por parte de Jesús, dejamos instalado el tema de la necesidad de ministros y ministras en la Iglesia Antigua – Diversidad Cristiana que estamos cursando el séptimo año de fundación de nuestra denominación.
 
 
Introducción
 
“Somos parte de la Iglesia de Jesucristo, Una, Santa, Católica y Apostólica” (Documento Constitutivo, 2011. Introducción).
 
Aspiramos a ser una iglesia “profética y comprometida con los valores del Reino, al estilo de Jesús… abierta al diálogo ecuménico e interreligioso” (Documento Constitutivo, 2011. Introducción). 
 
Tenemos presencia en Uruguay y Argentina. “una iglesia pequeña (Mt 13,31-33), de gente sencilla y con limitaciones (1Cor 1,26), abierta a todas las personas (Hch 10), comprometida con los derechos humanos y la dignidad humana (Jn 10,10), radical en el seguimiento del Maestro (Lc 9,62), convencida que Dios guía nuestros destinos (Fil 1,6), emergente en medio de la sociedad, la cultura y las otras iglesias (Mt 5,14-16)” (Documento sobre Nuestra Identidad, 2016). Nos encontramos en estado de misión (Documento Iglesia Misionera, 2012). Sentimos la necesidad de sumar ministros y ministras a la tarea eclesial, por eso, durante el mes de octubre, estaremos trabajando para ello: invitando, informando, orientando.

 
Nuestra identidad.
 
Nos caracterizamos por ser una iglesia ecuménica e inclusiva (Carta Presentación, 2016). “Desde nuestro orígenes hasta ahora participan personas provenientes de las iglesias: Católica Romana, Veterocatólica, Episcopal, Metodista, Ortodoxa Armenia, Luterana y Evangélicas Pentecostales; también la integran personas que se definen como cristianas independientes, agnósticas y ateas; y es que Jesús, el Maestro y el Señor (Jn 13,13) no ha perdido vigencia y capacidad de convocatoria, interpelando a los hombres y las mujeres de todos los tiempos (Mc 1,27), invitándolas a ser parte de su proyecto transformador de la sociedad y la cultura (Mc 10,17-27; Jn 1,35-47), al que llamó Reino (Lc 17,21), cuya concreción es la justicia, la solidaridad y los derechos de todas las personas, especialmente de las oprimidas y excluidas (Lc 4,18-21 cf Is 61,1), para que gocen de vida digna, plena y abundante (Jn 10,10)” (Documento sobre Nuestra Identidad, 2016).
 
Entendemos la catolicidad en su doble acepción de universalidad y ortodoxia (Declaración de Catolicidad, 2015).
 
Entendemos que somos parte de la Iglesia fundada por los Apóstoles y que se mantiene hasta hoy, creyendo, practicando y enseñando aquello que creyeron y enseñaron los Apóstoles (Declaración de Apostolicidad, 2015).
 
Nuestro cuerpo dogmático se remonta a los “concilios ecuménicos de la iglesia no dividida del primer milenio” (Comunicado Eclesial sobre el perfil de la Iglesia Antigua en el Uruguay, 2015 Nº3).
 
Desde nuestros orígenes adherimos a la Declaración de Utrecht (Comunicado Eclesial sobre el perfil de la Iglesia Antigua en el Uruguay, 2015 Nº4).
 
Veneramos a María como Virgen y Madre de Dios, de acuerdo a las enseñanzas de los concilios del primer milenio (Comunicado Eclesial sobre el perfil de la Iglesia Antigua en el Uruguay, 2015 Nº5).
 
Veneramos a las santas y los santos, de acuerdo a las enseñanzas de los concilios del primer milenio (Comunicado Eclesial sobre el perfil de la Iglesia Antigua en el Uruguay, 2015 Nº6).
 
Nos identificamos con el movimiento de Jesús y la iglesia antigua pre constantiniana (siglos I al III): comunidades autónomas y diversas en sus teologías, tradiciones y prácticas litúrgicas, como lo eran las iglesias de Jerusalén, de Antioquía, de Corinto y de Roma, entre otras. Nuestro lema es: “en lo que es necesario: unidad, en lo que es dudoso: libertad, en todo caridad” (San Agustín de Hipona, 354-430).
 
 
Nuestro proyecto eclesial
 
Somos una iglesia que invita a todas las personas a la Fiesta de la Vida (Mt 22,9-10), sin distinción, porque creemos y profesamos “que Dios no hace diferencia entre las personas” (Hch 10,34). Pero no podemos negar, que siguiendo el ejemplo de Jesucristo, sentimos una predilección especial por aquellas personas que, tanto el sistema político como religioso, vulnera en sus derechos y dignidad (Lc 6,21-22), por eso, siguiendo su enseñanza servimos (Mt 20,28; Jn 13,12-17) a nuestros hermanos y nuestras hermanas, que son el octavo sacramento (Mt 25,34-45).
 
Nuestra identidad no se debiera manifestar en las expresiones litúrgicas, en los ornamentos, en los tipos de oración, esa no es la característica de las discípulas y los discípulos de Jesús. Nuestra identidad se testimonia a la sociedad y las otras iglesias, haciendo lo que Jesús nos manda (Jn 15,7): amar (Jn 13,34-35). Un amor que se expresa en comunión fraterna (Hch 4,32-35), en acciones liberadoras y sanadoras (Hch 3,6), en solidaridad (Hch 2,45; 4,34), dando testimonio de nuestra fe (1Pe 3,15). La vida litúrgica es el lugar donde volcamos la fe compartida en estas acciones. Sin un servicio real la vida litúrgica no tiene sentido; el evangelista Juan equipara la Eucaristía al Lavatorio de los Pies (Jn 13,1-20); por eso, Eucaristía y Servicio están intrínsecamente unidos; para las personas miembros de la Iglesia Antigua – Diversidad Cristiana, no puede haber uno sin el otro. Esta es una característica fundante de nuestro proyecto eclesial.
 
No somos una iglesia de sacrificios, con víctima, sacerdote y altar; esa es herencia pagana asumida por el cristianismo. Somos una iglesia que celebra la vida y el amor incondicional de un Padre Bueno que sale al encuentro de la humanidad, sin tomar en cuenta el pasado, restituyéndole derechos y dignidad (Lc 15,11-32); somos conscientes que compartiendo el sacerdocio universal (1Pe 2,9) participamos de la Eucaristía siguiendo el mandato del Señor (1Co 11,24).
 
 
Nuestra invitación
 
Está claro, que generalmente uno escribe el deber ser y no lo que es, pero con este horizonte, caminamos tras las huellas del Señor (Lc 5,11), seguros de que nos cuida (2Cor 12,9) en el camino de la vida y compensa nuestras falencias (Sal 137,8). Por lo tanto, si compartes nuestra identidad y nuestro proyecto eclesial, te invitamos a ser parte de la Iglesia Antigua – Diversidad Cristiana, donde sea que te encuentres, pues aún desde “la diáspora” es posible formar y ser Iglesia. Por eso, si sientes el deseo de seguir y servir al Señor en esta comunidad eclesial, con Él te invitamos a que vengas a experimentar junto a nosotros y nosotras el llamado del Maestro (Jn 11,28), desarrollando tus dones de acuerdo a la vocación a la que te sientas llamado o llamada, laical o clerical. Sin importar tu estado civil o tu orientación sexual (Hch 10,34).
 
 
No dudes en contactarnos:
 
 
Desde el 10 de octubre hasta el 9 de noviembre estaremos orando por y trabajando para, la incorporación de candidatos y candidatas al ministerio, laical o clerical. Cada año, será el “mes vocacional”.
 
Bendiciones a todos y todas.
+Julio, Obispo de la Iglesia Antigua - Diversidad Cristiana. Personería Jurídica 10103
Miembro de la Comunión Anglicana Libre, de la Comunión de Iglesias de Tradición Católica y Apostólica, de la Conferencia Episcopal Ecuménica Latinoamericana.

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